El Mal de Alzheimer es una de las formas más comunes de la demencia y afecta a la memoria, el pensamiento y el comportamiento, principalmente, de los adultos mayores. Se da de forma progresiva y si bien no tiene cura, existen maneras de retardar la aparición de sus síntomas. Esta enfermedad es cada vez más común en personas de la tercera edad. En Argentina se calcula que 1 de cada 8 abuelos la tiene. ¿Cómo cuidar a un familiar que sufre de este mal y cuáles son las señales a las que hay que estar alerta?
Este mal avanza lentamente y se divide por etapas. Al comienzo hay sutiles cambios en la memoria, después con el paso del tiempo afecta otras funciones cognitivas como el lenguaje, la atención y la conducta. Muchas veces el paciente no tiene conciencia del problema y esto altera mucho a todo su entorno. Por eso, retrasar los síntomas, es esencial no solo para quien sufre la enfermedad sino también para quienes acompañan.
Señales de alerta
Existen algunos síntomas a los que hay que prestarle atención ya que aparecen al comienzo y son una alerta temprana:
● Pérdida de la memoria. Los recuerdos cotidianos se ven afectados. La persona olvida compromisos, repite conversaciones, no recuerda dónde dejó objetos y le cuesta resolver problemas simples.
● Trastornos del lenguaje tanto al hablar como al escribir.
● Confusiones relacionadas al tiempo y el espacio.
● Trastornos del sueño
● Cambios en la personalidad o en la conducta. Pueden mostrarse más impulsivas o todo lo contrario más tímidas y retraídas.
● Trastornos motores: dificultades para realizar ciertos movimientos, cambios en la manera de caminar y a veces, presencia de temblores.
Estar alertas y realizar un diagnóstico precoz, es el mejor consejo, para preservar las capacidades del paciente y mantener su independencia el mayor tiempo posible. Realizar una consulta es muy importante para poder anticiparse y ganarle tiempo a la enfermedad con un tratamiento adecuado y estrategias de prevención.
Convivir con el Alzheimer
A la hora de pensar en sobrellevar esta enfermedad las recomendaciones son para los familiares cercanos. La persona debe estar acompañada ya que con el paso del tiempo tiende a agravarse. Al principio los cuidados son más leves, pero luego puede llegar a necesitar compañía las 24 horas. Las sugerencias varían según la etapa, pero el mejor consejo es estimular las actividades cotidianas, sostener los hábitos diarios, el interés y la conexión con el entorno.
En la primera etapa, es importante fomentar los hábitos saludables. Hacer ejercicio físico sirve para generar nuevas conexiones neuronales y mejora el ánimo. Estar conectados socialmente es esencial para la salud mental. Los desafíos intelectuales, como aprender algo nuevo, ayudan a ejercitar la mente. De esta forma podemos estimular la memoria para retrasar o prevenir los daños de esta enfermedad.
¿Cuáles son los riesgos?
Los riesgos de tener Alzheimer son muchos, pero van en aumento a medida que avanza la enfermedad. La vida cotidiana comienza a volverse complicada para quienes conviven con este mal. Los riesgos, los accidentes, las pérdidas en espacio-tiempo, por último la pérdida de la autosuficiencia son algunas de las consecuencias más riesgosas que puede acarrear el Alzheimer. Pero con un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y los cuidados correctos se puede sostener una buena calidad de vida.
Si tenés un familiar cercano con Alzheimer te recomendamos asesorarte, estar en contacto con especialistas te ayudará a transcurrir esta etapa de la vida con menos estrés y con más herramientas. Si el paciente tiene síntomas y no ha sido diagnosticado, recordá acompañarlo a las consultas médicas que realice.