Seguramente, este año ya te hiciste tu chequeo médico usual pero una vez más te diste cuenta que no te fijaste cuál es tu tipo de sangre, grupo sanguíneo y factor. De hecho si te lo preguntan, no sabrías qué responder. Por eso, acá te explicamos las características que presenta cada uno de ellos y sus compatibilidades.

Tal como te contamos en nuestro post anterior, los análisis de sangre como las pruebas de conteo sanguíneo, ayudan a los médicos a analizar ciertas enfermedades y condiciones. También contribuyen a comprobar la función de los órganos y evaluar la eficacia de los tratamientos.

Primero, un poco de historia sobre los grupos sanguíneos

El médico que descubrió que existían distintos tipos de sangre fue el patólogo alemán Karl Landsteiner quien en el año 1900 comenzó a mezclar sangre de diferentes personas, encontrando que algunas mezclas eran compatibles, mientras que otras no lo eran.

Descubrió que, en la superficie de los hematíes, existían dos variantes de proteínas marcadoras o antígenos que denominó A y B. Observó, además, que el plasma contiene también dos tipos de anticuerpos que reaccionan con las proteínas de los glóbulos rojos y que llamó anticuerpos Anti-A y Anti-B. Así logró establecer cuatro clases de grupos sanguíneos: A, B, AB y 0.

Nuestra sangre está compuesta por una porción líquida llamada plasma y una parte sólida que contiene células sanguíneas, nombradas hematíes, leucocitos y plaquetas. En promedio, el 55% de la sangre es líquida y el 45% está formado por células.

La incompatibilidad entre las sangres se presenta cuando existen diferencias entre las proteínas presentes en las superficies de los glóbulos rojos del donante y receptor.

Ahora sí, los distintos tipos de sangre

El grupo sanguíneo del individuo es una herencia genética de sus padres. Como se define por un solo gen, es relativamente fácil predecir el grupo de sangre del hijo si sabemos el de sus progenitores.

El gen ABO puede tener 3 tipos de alelos: i, IA o IB. Las combinaciones de estos alelos es que dan lugar a los grupos sanguíneos. El alelo i es recesivo, mientras que los alelos IA o IB son dominantes.

Recordando que todos hemos recibido un alelo del padre y otro de la madre, los tipos sanguíneos están formados por las siguientes combinaciones:

Grupo sanguíneo A = i + IA o IA + IA.

Grupo sanguíneo B = i + IB o IB + IB.

Grupo sanguíneo AB = IA + IB.

Grupo sanguíneo O = i + i.

¿Y cuáles son sus características?

Grupo A: sus glóbulos rojos tienen el antígeno A y en su plasma encontramos el anticuerpo Anti-B.

Grupo B: sus glóbulos rojos tienen el antígeno B y su plasma los anticuerpos Anti-A.

Grupo AB: las personas de este grupo sanguíneo tienen los dos antígenos rodeando sus glóbulos rojos, pero ningún anticuerpo en su plasma, por lo que no se produce ninguna respuesta inmune.

Grupo 0: este plasma tiene los dos anticuerpos, pero carece de antígenos, por lo que puede donar a cualquier grupo.

El Factor Rh

En 1940, el mismo Karl Landsteiner descubrió la existencia del llamado factor Rh, que era responsable de la incompatibilidad de algunos grupos de sangre, inclusive cuando el sistema ABO era respetado. A partir de este descubrimiento, los individuos fueron clasificados como Rh positivo o Rh negativo, según la existencia o no del factor Rh en sus sangres.

El factor RH distingue entre las personas que tienen el antígeno D en su sangre, (Rh positivas) y las que no (Rh negativas). Por esta razón, los cuatro tipos sanguíneos se clasifican en positivo y negativo.

Dime de qué grupo eres y te diré con cuál eres compatible

Cada grupo es compatible con sangre de su propio grupo, es decir, una persona que tiene A+ podrá recibir sangre de un donante que presente esta clasificación, lo mismo para los demás. Sin embargo, el 0- es conocido como donante universal ya que sirve para la sangre de tipo A o B y, además, como es Rh negativo, sirve tanto para los que son Rh positivas y negativas. Pero, sólo puede recibir sangre de su mismo grupo por lo cual es el más complicado para conseguir donantes.

Su antagonista es el AB+, que puede recibir cualquier tipo de sangre (receptor universal), pero solo puede donar plasma a los de su mismo grupo.

Un paciente no puede recibir un grupo de sangre que tiene anticuerpos contra él. Por ejemplo, un paciente con sangre B no puede aceptar sangre de una persona clase A porque sus anticuerpos contra el antígeno A van a destruir los glóbulos rojos transfundidos casi de inmediato.

Conclusión

Ya te dimos una idea de cómo funcionan las compatibilidades entre los distintos grupos sanguíneos. Seguramente ahora sí tendrás en cuenta descubrir cuál es tu grupo sanguíneo. En nuestros próximos post irás descubriendo cómo saber este dato y con un análisis de sangres, puedes prevenir y detectar distintas enfermedades.

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